Marcos, evangelista

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    En los primeros días de la Iglesia, cuando, bajo la dirección de San Pedro, se formó la comunidad cristiana de Jerusalén, la casa de María, madre de Marcos (o Juan Marcos como se le llama también), se convirtió en el centro de reunión y operaciones de aquella Iglesia. Pensamos que, si María (que quizá era viuda, pues no se menciona su marido) disponía de una casa amplia y capaz, debió ser una persona acomodada. Y puso sus bienes al servicio de Jesús y sus seguidores. De manera que algunos creen que, en su casa, celebró Jesús la Última Cena, y que, en la misma, esperaron reunidos los apóstoles la venida del Espíritu Santo. Hasta sospechan que a esta María pertenecía el Huerto de Getsemaní, Y que el muchacho que seguía a Jesús después de emprendimiento, y que escapó de los soldados soltando la sábana en que iba envuelto, no era otro que el mismo Marcos, quien dormiría en la casa campera del huerto y se levantó para ver qué pasaba al oír el ruido de la soldadesca. 

    San Pedro era bien conocido por la familia, que lo contaba como a uno de los suyos. Quizá bautizó al joven Marcos, pues le llama "su hijo", y lo tendrá luego por intérprete en sus predicaciones a los romanos, según otra tradición. 

    Sabemos que Marcos era sobrino de san Bernabé, que, junto con san Pablo, lo tuvo como compañero de sus viajes apostólicos y, aunque los dejó en un momento de debilidad regresando a Jerusalén, volvió luego a ser compañero de Pablo, que lo tuvo en gran estima. 

    A san Marcos se atribuye el segundo evangelio, inspirado en la predicación de Pedro, puesto que él no había seguido personalmente Jesús ni había formado parte de sus discípulos, si bien alguien se lo imagina como uno de los 72 que Jesús envió a predicar en una ocasión. 

    Se le tiene también como fundador del iglesia de Alejandría, que por eso, ocupó el primer lugar entre las iglesias de Oriente. Listado completo de Santos