Cecilia, virgen y mártir

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    Los músicos honran a santa Cecilia como su patrona. Aunque las razones históricas para este hecho no sea muy fuertes. Todo lo contrario. Parece que, en su origen, está una confusión en la grafía del texto con que se describe su martirio: donde debía decir candentibus organis (quemado su cuerpo), decía o leyeron canentibus organis (instrumentos sonoros)... y la hicieron patrona de los que cantan y hacen sonar instrumentos musicales. 

    Vivió Cecilia en la Roma del siglo II. Perteneció a una ilustre familia. Quedó huérfana a los pocos años. Fue instruida y culta. Y se educó en la fe cristiana. 

    Su caridad la lleva a preocuparse de los muchos pobres de Roma, a los que socorre personalmente. Y su pureza y entrega a Dios desembocan en un voto de virginidad perpetua. 

    Cuando llega a la edad del matrimonio, sus tutores le buscan marido, Valeriano. Pertenecía a otra familia no menos ilustre que la de Cecilia. Entonces, se le plantea un difícil problema: no puede negarse jurídicamente al matrimonio. Pero tampoco quiere volverse atrás de su promesa a Dios. Y decide, valientemente, plantear el problema a su esposo el mismo día de la boda. Las actas de su martirio nos han transmitido el diálogo entre los esposos: "Valeriano, tengo que revelarte un secreto... Un ángel de Dios guarda mi virginidad... Si me amas y respetas mi persona, se hará tu amigo y nos colmará de bienes". Valeriano queda admirado y quiere ver al ángel. Cecilia responde que, para ello, es necesario que él se haga cristiano. Y lo envía a un sacerdote que lo instruye en la fe y lo bautiza. 

    Ahora, los esposos son totalmente felices. Pero esta felicidad va a durar poco. Al año siguiente, se recrudece la persecución contra las cristianos. Primero, es detenido Valeriano y su hermano, también cristiano. Ellos confiesan valientemente su fe, y son degollados. Cecilia recoge sus cuerpos y los entierra. 

    A los pocos meses, le llega el turno a Cecilia. Es condenada a muerte, pero se difiere unos días la ejecución. Ella los aprovecha para catequizar a cuantos van a visitarla, y para repartir sus bienes entre los pobres. 

    El modo de morir elegido por las autoridades es la asfixia en el cuarto de calderas de unas termas. Pero Cecilia resiste y es condenada a ser degollada. Por tres veces (el máximo permitido por la ley) descarga el verdugo su golpe. Era el 19 de noviembre del año 177. Cecilia todavía vivirá tres días hasta entregar su alma. Listado completo de Santos