Proceso de beatificación de cien mártires

Este 4 de diciembre la Catedral de Ciudad Real acogió la clausura de la fase diocesana del proceso de beatificación de cien mártires de la diócesis.

El grupo está incluido dentro de la «Causa Toletana» de «Antonio Martínez Jiménez y compañeros mártires». Esta causa incluye los procesos de las cinco diócesis de la provincia eclesiástica de Toledo, a la diócesis de Ávila y a los franciscanos, pero cada diócesis presenta la documentación a Roma por separado. Se trata de los procesos de los mártires de la persecución religiosa en España entre 1934 y 1939.

En el caso de la diócesis de Ciudad Real, la recogida de datos sobre el proceso comenzó hace más de quince años sobre setenta y cinco sacerdotes, una religiosa y veinticuatro laicos.

En el acto de este lunes ha intervenido el obispo, monseñor Gerardo Melgar Viciosa; el juez delegado para la Causa, Bernardo Torres Escudero; el canciller-secretario general del Obispado, Miguel Esparza Fernández; el promotor de Justicia, Ángel Casas del Río; el notario del Tribunal Eclesiástico, José Martín y Sánchez de León y el postulador de la Causa Toletana, Jorge López Teulón.
 
Aunque se trata de un acto meramente jurídico, las intervenciones de todos los presentes fueron una llamada a seguir el ejemplo de fe y valentía de los mártires. Por su parte, el juez delegado, Bernardo Torres, explicó la historia de la causa en nuestra diócesis, cuyos primeros pasos se dieron con el obispo monseñor Rafael Torija, continuando con monseñor Antonio Algora y concluyendo ahora con monseñor Gerardo Melgar.
 
Después, Torres explicó cómo se desarrollaría el acto, en el que se lacraron, después de leerlos, los juramentos firmados de la sesión de clausura, el instrumento de clausura y las cajas con el acta de la sesión. Simbólicamente, antes de finalizar el acto, monseñor Gerardo Melgar entregó las cajas cerradas al postulador de la causa, el sacerdote Jorge López Teulón.  
 
El postulador, en sus palabras de agradecimiento, animó a todos a vivir el testimonio de perdón de los mártires, así como su lección de compromiso con la vida cristiana. Para terminar, el obispo volvió a reiterar el agradecimiento a todos los fieles presentes, muchos de ellos familiares de los mártires o testigos del proceso. Además, pidió oración a todos por la causa, puesto que «el proceso sigue adelante […] y, cuando llegue, todos podamos venerar a los mártires reconocidos oficialmente por la Iglesia». Concluyó invitando a los presentes, un grupo muy numeroso, a rezar a la virgen María.
 
¿Cómo se procede en una causa de martirio?

  • Se parte de la «Fama de martirio», imprescindible para comenzar una causa. Una causa puede comprender uno o varios mártires. Las causas siempre se inician a petición del pueblo de Dios, que considera mártir o santo a alguna persona.
  • Hay que precisar quién es el ente promotor o parte actora de la causa; es decir, quién se responsabiliza de ella. Puede ser una congregación religiosa, una diócesis, una parroquia, una asociación...
  • La parte actora nombra un postulador, o procurador, responsable de gestionar la causa en su nombre. 
  • La causa se instruye en una diócesis, normalmente en aquella en la que ha tenido lugar el martirio del Siervo de Dios y la persona competente para instruirla, si lo considera oportuno, es el obispo. 
  • La primera fase de la causa es la investigación jurídica diocesana. Esta investigación, que siempre es muy minuciosa y se hace con todo rigor y precisión, comprende una parte documental y una parte testimonial. La prueba documental la encarga el Obispo a una comisión de historiadores, que tiene la obligación de reunir todos los documentos existentes, sean a favor o en contra, y elaborar un informe escrito. La prueba testifical la recoge una comisión delegada del Obispo, que interroga a los testigos con todas las garantías de un proceso judicial. Se levanta acta de todas las sesionas y en una de ellas la comisión histórica entrega los documentos y el informe, que se incorporan a las actas. Se recogen también los escritos del mártir, si los tiene. Lo que en todo caso se investiga es si la persona ha muerto a causa de la fe, es decir, por motivo religioso. Toda la investigación se hace con juramento de decir la verdad por parte de todas las personas que intervienen y con obligación de guardar secreto, para proteger la libertad de cada uno.
  • Concluida la investigación diocesana, se sellan las actas y se entregan en la Congregación de las Causas de los Santos. Este es el acto que se desarrolló este 4 de diciembre en la Catedral. Comienza así la fase romana de la causa.
  • La Congregación examina si se ha procedido bien, respetando todas las normas. En caso afirmativo, otorga el Decreto de Validez de la investigación realizada en la diócesis (en cuanto a que se han cumplido todas las formalidades).
  • Los responsables de la causa y el postulador elaboran la Ponencia (Positio) de la causa bajo la guía de un relator de la Congregación de las Causas de los Santos (que sería como el catedrático ponente de una tesis doctoral en una universidad). La ponencia comprende la biografía documentada de cada mártir, el sumario de las declaraciones de los testigos, la parte documental recogida por la comisión de historiadores, y la llamada Información (Informatio), que es algo así como la tesis o defensa de la causa. Las ponencias suelen ser muy voluminosas y se hacen con el material de la investigación diocesana. Es un trabajo que requiere conocimientos históricos, jurídicos y teológicos.
  • La Ponencia se entrega en la Congregación de las Causas de los Santos. Es importante la fecha de entrega porque establece el turno para el estudio de la causa.
  • Los primeros que estudian la Ponencia son los consultores teólogos. Cada uno (suelen ser 9) emite su voto por escrito (que puede ser afirmativo, negativo o en suspenso) y luego se reúnen en el «Congreso Peculiar de Consultores Teólogos» y emiten un documento conjunto. Lo que consideran los teólogos es si ciertamente ha habido martirio en cada uno de los casos, tal como lo entiende la Iglesia católica.
  • Luego estudian la Ponencia, junto con los votos de los consultores teólogos y el Informe del Congreso Peculiar, los cardenales y obispos miembros de la Congregación de las Causas de los Santos. Revisan este material cada uno por separado y luego se reúnen en la «Congregación Ordinaria». Si ven que todo ha procedido correctamente, que la investigación ha sido seria y profunda, y que ciertamente hay martirio en cada uno de los casos, proponen al Papa el Decreto de Martirio del Siervo de Dios.
  • Si lo considera oportuno, el Papa ordena promulgar el Decreto de Martirio al cardenal Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos.
  • Una vez promulgado el Decreto, se puede proceder a la beatificación del mártir.
  • Para la canonización se requiere la comprobación de un milagro realizado por intercesión del mártir después de su beatificación, que se estudia con una detallada investigación jurídica en la diócesis donde el presunto milagro ha tenido lugar y con posteriores estudios en la Congregación de las Causas de los Santos.

Los mártires que integran la causa de beatificación del grupo de Ciudad Real en la Causa Toletana

Por Lugar de procedencia y lugar de martirio

Una religiosa:

Sor Francisca Ivars Torres. Nació en Belisa (Alicante) y sufrió el martirio en Herencia.

Laicos por lugar de nacimiento:

7 de Alcázar de San Juan, 4 de Membrilla, 1 de Valdepeñas, 8 de Manzanares, 1 de Salamanca, 1 de Daimiel, 1 de Torrenueva, 1 de Puertollano.

Laicos por lugar de martirio:

1 en Carrión de Calatrava, 3 en Membrilla, 8 en Manzanares, 2 en Valdepeñas, 1 en Fuente el Fresno, 1 en Daimiel, 7 en Alcázar de San Juan, 1 en Almodóvar del Campo.
 
Sacerdotes por lugar de nacimiento:
 
4 de Alcázar de san Juan, 1 de Almadenejos, 1 de Almagro, 1 de Almedina, 2 de Almodóvar del Campo, 1 de Alustante (Guadalajara), 1 de Argamasilla de Alba, 1 de Ballesteros de Calatrava, 4 de Campo de Criptana, 1 Caracuel de Calatrava, 2 Carrión de Calatrava, 2 de Carrizosa, 8 de Daimiel, 1 Grajal de Campos (León), 1 Hellín (Albacete), 6 de Herencia, 1 Hinojosas de Calatrava, 1 de Jaén, 5 de La Solana, 7 de Manzanares, 5 de Membrilla, 1 de Miguelturra, 2 de Montiel, 3 de Moral de Calatrava, 1 de Navalpino, 1 de Puertollano, 2 de San Carlos del Valle, 1 Terrinches, 1 Tomelloso, 1 Urda (Toledo), 2 Valdepeñas, 1 Valencia, 2 Villahermosa, 1 Villarramiel (Palencia), 1 Villarrubia de los Ojos.
 
Sacerdotes por lugar de martirio
 
1 en Alcázar de San Juan, 1 en Almadén, 1 en Almagro, 2 en Almodóvar del Campo, 1 en Arenales de San Gregorio, 1 en Cabezarados, 6 en Campo de Criptana, 3 en Carrión de Calatrava, 1 en Cinco Casa, 1 en Ciudad Real, 1 en Corral de Calatrava, 9 en Daimiel, 1 en Fuente el Fresno, 8 en Herencia, 2 en La Solana, 1 en Las Casas, 7 en Manzanares, 2 en Membrilla, 2 en Miguelturra, 1 en Montiel, 2 en Moral de Calatrava, 1 en Pedro Muñoz, 2 en Poblete, 1 en Pozo de la Serna, 1 en Puebla del Príncipe, 1 en Puerto Lápice, 1 en Puertollano, 1 en Retuerta del Bullaque, 1 en Socuéllamos, 1 en Tomelloso, 1 en Torralba de Calatrava, 1 en Torrenueva, 8 en Valdepeñas, 1 en Villarrubia de los Ojos.